No hay nada mejor que un paseo soleado con tu amigo de cuatro patas. Pero, por desgracia, ese clima cálido tan esperado también puede significar para muchos de nosotros la llegada de picor de ojos y goteo nasal... Estos síntomas de la fiebre del heno son muy comunes en los padres de mascotas, pero ¿qué pasa con nuestros perros? ¿Experimentan los perros la fiebre del heno? Y si es así, ¿cómo se puede aliviar su malestar? Indaguemos y olfateemos un poco más...
En primer lugar, ¿qué es la fiebre del heno?
La fiebre del heno es una reacción alérgica al polen de las hierbas, los árboles o las plantas presente en el aire. Suele empeorar entre finales de marzo y septiembre y cuando el tiempo es cálido, húmedo y ventoso. Es el momento en el que la cantidad de polen es mayor.
¿Puede tu perro contraer la fiebre del heno?
Sí, nuestros compañeros caninos pueden sufrir la fiebre del heno. Pero la buena noticia es que es mucho más rara en los perros que en nosotros. Los síntomas habituales en los humanos son picor de ojos, irritación de garganta y nariz, pero no siempre se presenta así en nuestros perros.
¿Cuáles son los síntomas en los perros?
No es sólo la inhalación del polen lo que puede desencadenar la fiebre del heno en tu cachorro, la respuesta de la histamina también puede ser inducida por el contacto de la piel con el polen. Por lo tanto, lo principal que hay que buscar es la irritación de la piel.
Si tu pequeño se pica, se muerde o se frota las patas, los ojos, las orejas, la boca y el hocico, las axilas, las patas, el trasero, la ingle o el abdomen durante la primavera y el verano, es posible que tenga fiebre del heno. Su piel también puede tener un aspecto escamoso, rojo y dolorido en ciertas zonas y sentirse grasienta. Y el perro puede incluso perder partes del pelaje por frotarse o lamerse en exceso.
Aunque la irritación de la piel es el síntoma más importante, hay otras cosas a las que hay que prestar atención:
Ojos llorosos, que también pueden picar e irritarse
Goteo nasal
Estornudos frecuentes
Una garganta irritada
Una erupción en la cara o en las patas.
Si tu perro se rasca mucho, es más probable que se trate de pulgas o ácaros que de fiebre del heno, pero los síntomas son bastante similares. Por eso, lo mejor es que tu veterinario le haga una prueba de alergia y diagnostique lo que le ocurre a tu pequeño.
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¿Qué razas de perros son más propensas a padecer fiebre del heno?
Los síntomas varían de un perro a otro, y algunas razas son más susceptibles que otras. La forma de la cara, la biología de la respiración y el tipo de pelaje pueden afectar a la probabilidad de que tu perro tenga fiebre del heno. Es más común en estas razas:
Caniche
Dálmata
Schnauzer
Boston Terrier
Setter irlandés
Cairn Terrier
Terrier de pelo duro
West Highland White Terrier
¿Es la fiebre del heno peligrosa para tu perro?
Aunque es incómoda y molesta, la fiebre del heno no es peligrosa para tu perro. Sin embargo, mantener los síntomas bajo control es importante para la comodidad y el bienestar de su perro. A nadie le gusta sentir picores e irritación.
¿Cómo se trata?
La alergia al polen no puede eliminarse por completo en los perros (ni en los humanos), pero puede ayudar a reducir los molestos síntomas. Lo primero que hay que hacer es ponerse en contacto con el veterinario para que te aconseje.
Los medicamentos, como los antihistamínicos, pueden funcionar, pero no suelen ser tan eficaces en los perros como en los humanos. No olvides que algunos antihistamínicos pueden ser tóxicos para los perros, así que utiliza sólo los que te haya recetado tu veterinario.
Aquí tienes otras cosas que puedes probar para calmar a tu peludo:
Gotas para los oídos
Gotas para los ojos
Toallitas limpiadoras
Champús medicados, cremas y productos relacionados.
Más vale prevenir que curar
Lo mejor que puedes hacer para prevenir los síntomas de la fiebre del heno es limitar la exposición de tu perro al polen en primer lugar. ¿Por qué no varías un poco sus actividades? Por ejemplo, llévalo a correr por la playa, en lugar de pasear por el campo o el bosque.
Cuando el recuento de polen es especialmente elevado, algunos cambios adicionales en la rutina y el entorno de tu perro le ayudarán a protegerse:
Pasee a tu perro a primera hora de la mañana o a última hora de la noche en días especialmente calurosos.
Limpia o lava a tu perro después de un paseo para eliminar el polen de su pelaje.
Aspira y lava regularmente su ropa de cama para reducir la exposición al polen. Pero evita secar la ropa de cama del perro en el exterior cuando el recuento de polen sea alto.
Mantén las ventanas y puertas cerradas en la medida de lo posible.
Pasa la aspiradora con regularidad y quita el polvo con un paño húmedo.
Compra un filtro de polen para las rejillas de ventilación de tu coche y una aspiradora con un filtro especial HEPA.
No tengas flores frescas en casa.
Prueba a darles bañarles los pies con regularidad para limpiarles suavemente las patas.
Asegúrate de mantener el césped corto.
No dejes que tu perro corra por la hierba larga.
Una vez que hayas tomado medidas preventivas y controlado los síntomas, ambos podréis disfrutar un poco más de los meses de calor. Pero no olvides que, afortunadamente, la fiebre del heno no es tan común en los perros.
¡Que empiece el verano!
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